Se están celebrando en la Casa Grande las sesiones de la Comisión donde se tratan las presuntas irregularidades denunciadas y que han servido como detonante para abolir el llamado Plan Centro y de los porqués de esa decisión, pero se está llevando a cabo de una forma inadmisible para los empleados llamados a declarar. En ella, encogiéndose de hombros el gobierno municipal ha puesto a los pies de los caballos de la oposición a los trabajadores municipales encargados de la parte técnica ante la vista ávida de noticias del periodismo sevillano convocado al efecto. Se infringieron así varios postulados de toda buena gestión teniendo en cuenta por encima de todo que los trabajadores son los ejecutores de las decisiones políticas, no los responsables de ellas. Los trabajadores informan como profesionales y pueden opinar privadamente como ciudadanos, pero nunca pueden ser objeto de una politización sobre una cuestión que habría de dirimirse en el foro adecuado, esto es el Pleno de la Corporación y no en un circo político que escapa del ámbito funcionarial.
Tanto si se gobierna como si se hace oposición hay que ser consecuente con la responsabilidad que ambas posiciones conllevan, apechugar con ella y no esconderse (si gobiernas) o cebarse (si opositas) con el trabajador y menos aún ponerlo públicamente en la picota. Mal, muy mal, Sr. Zoido por usar a sus empleados como escudos y chivos expiatorios en el desarrollo de su programa político. Mal, muy mal, Sres. Espadas y Torrijos, por seguirle el juego al alcalde y atacar sin miramientos contra el que no tiene ninguna responsabilidad política en el caso y no saber o querer mirar más alto.
Como trabajadores y ciudadanos, nos puede parecer muy bien (o no) que se haya implantado el Plan Centro, o que por el contrario creamos que se tenga que erradicar (o no), pero el debate político no debe salpicarnos de ninguna manera. Muy al contrario de esto, con la celebración de la sesión de circo político del lunes pasado, los empleados afectados se han visto expuestos en los periódicos poco menos que como responsables de hechos imputables sola y exclusivamente a los gestores políticos, que están procurando esconder sus responsabilidades como ya hicieron en ocasiones anteriores.
Desde CSI-F vamos a denunciar esta política de poco pan –con los recortes- y mucho circo para entretener. Que tengan por seguro todos los políticos, sean del signo que sean, que al final los empleados del Ayuntamiento de Sevilla seremos los que tengamos que arreglar los desperfectos que se están generando.
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